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domingo, 28 de enero de 2018

Reseña Igorrr - Savage Sinusoid.

Hola amigas, hola amigos, ¿Qué tal están? Espero de corazón que muy bien. Hacía ya muchísimo que no publicaba algo en este, mi espacio personal debido a diversas ocupaciones, pero decidí hacer un pequeño espacio en mi agenda, para realizar una nueva entrada.
Esta entrada será una combinación de dos elementos: una reseña musical de una genial banda francesa que pronto pisara tierras mexicanas, mezclando con sátira y humor respecto a cómo narraría un dogmático religioso fanático (sea cual sea la religión) el disco en cuestión, que es el disco de estudio más reciente de esta agrupación francesa.
Sin más ni más iniciemos la reseña del disco Savage Sinusoid de Igorrr.
Advertencia:
Algunas partes de esta entrada pueden herir o lastimar la susceptibilidad de muchas personas. Esa gente dogmática debe entender que es solo parodia o humor, que no busca realmente herir a nadie, sino que en un todo, lo expresado en esas partes es solo una gran sátira a las personas religiosas cerradas que no quieren aceptar la gran diversidad de gustos y opiniones de la gente, que se escudan con la excusa clásica de: mi organización religiosa o mis líderes religiosos (ancianos, pastores, sacerdotes, etc.) dicen que no debo hacer o realizar algo que realmente debe ser dejado a conciencia.
Si usted a pesar de esta advertencia no ve la sátira con humor, es su problema.

Igorrr - Savage Sinusoid:
Año: 2017 
Géneros:
Black Metal 
Death Metal 
Experimental 
Folk 
Metal 
Hardcore 
Industrial

Lista de Canciones:
1. Viande
2. ieuD
3. Houmous
4. Opus Brain
5. Problème d'émotion
6. Spaghetti Forever
7. Cheval
8. Apopathodiaphulatophobie
9. Va te foutre
10. Robert
11. Au Revoir

Link al disco completo en YouTube:

Link al disco completo en Spotify:

Link al disco en Bandcamp:

Reseña:
Hermanos y hermanas, bien sabemos que como dice la Escritura, a Satanás le queda poco espacio de tiempo en este sistema de cosas, y una de sus armas favoritas es el entretenimiento. Y déjenme decirles hermanos, que en esta ocasión les quiero hablar de un infame disco que realmente no recomiendo que nadie escuche, para evitar que caiga en las trapas de Satanás, ya que como sabemos, Satanás es el dueño de la industria actual del entretenimiento, y su presa fácil son los hermanos que están deprimidos y buscan algo que los haga sentirse diferentes, sin pensar que detrás de ello está nuestro enemigo número 1. Me refiero al infame Savage Sinusoid de una banda francesa llamada Igorrr, cuya principal mente creativa es el demente Gautier Serre. 
Pausa. Amigas y amigos, el Cris Martínez al habla. Disculpen el párrafo anterior, pero un dogmático resentido tomo mi teclado y comenzó a escribir todo lo que leyeron anteriormente. Voy a mejorar lo que él comento de mejor manera, pero dejaré su texto solo para hacer reír a mis amigos mentes abiertas y hacer una invitación a los dogmáticos de cualquier religión que dejen de lado su dogmatismo y fanatismo y se enfoquen en seguir siendo personas espirituales.
Esta es una reseña de un disco magnífico y divertido, cuyo título es “Savage Sinusoid”, del excelente artista Igorrr. Bueno, no quiero repetir todo el párrafo, así que cambien las cosas tristes que el resentido menciono, por cosas excelentes. Permítanme introducir al, según mi colega de creencias, al demente artista Igorrr. Su nombre real, como él ya la menciono, es Gautier Serre, pero la mente maestra de esta banda no quiere que le llamen por su nombre real.
IGORRR es un proyecto muy interesante y extravagante, la mezcla de estilos que abarca es muy peculiar: Breakcore, Vals, Folk eslovaco, Barroco, Death Metal, Electrónica y Black Metal, todo ello mezclado en una amalgama de tesituras musicales bien hechas, pero a la vez extremas. Sus influencias van desde artistas como CANNIBAL CORPSE, MESSHUGGAH hasta cosas tan dispares como BACH, DOMINECO SCARLATTI o CHOPIN. El grupo francés se ha dado a conocer bastante por su peculiar estilo, ya que Gautier Serre ha de haber maquinado en su mente al momento de ir concibiendo a Igorrr: ya hay bastantes cosas interesantes en el Avant-Garde, pero no quiero sonar como un clon de alguna de esas bandas. Ya se: tomemos metal, barroco, breakcore, clásico, barroco, etc., todo es posible para la idea que estoy teniendo en mente: lo mezclo de manera que todo quede excelente, y listo. Así nació Igorrr, una banda que se ha ganado respeto en la comunidad underground de los metaleros y melómanos, pero que aún no llega a niveles de popularidad como el de Metallica o Nirvana (por mencionar algunos ejemplos súper famosos).
Y después del éxito que fue su anterior material titulado Hallelujah, el grupo francés ha sacado su cuarto LP. Y el resultado ha sido, como siempre, excepcional. Y lo que a algunos le parecerá una basura sin sentido alguno, o un señuelo de Satanás, para algún otro sí tendrá algún sentido, vete tú a saber cuál, pero oye, que quizá les parecerá una maravillosa deconstrucción musical, otra arriesgada propuesta de este conjunto francés. Y de qué va todo esto, se estarán preguntando amigas y amigos, ya que prácticamente no he dicho nada todavía. Pues en este caso Igorrr crea su habitual mezcla de estilos musicales, dando forma a una criatura distinta, pero a la vez similar a lo hecho anteriormente. ¿En qué es similar? En que cuando el caos se desata, más te vale estar agarrado, y se desata a menudo. ¿En qué es diferente? En que es su disco con un enfoque más metalero, centrándose el anterior “Hallelujah” en elementos de la música clásica y los anteriores con un toque más breakcore –he aprendido esa palabra y me he adentrado más en este género gracias a este señor–. ¿Es este endurecimiento bueno? Solo diré que el Hallelujah no lo superan ni mil monos tocando mil pianos intentando componer la canción perfecta. A partir de ahí, si uno es más metalero como un servidor, el disco le parecerá un acierto exitoso más en la carrera de Igorrr, aunque los que extrañan más su estilo enfocado al Breakcore, lo encontraran un poco pesado al inicio, pero igual, les aseguro que les gustará muchísimo.
En otro orden de cosas –que no es que las cosas estén en desorden (aunque en la cabeza de Igorrr sí que lo estén)–, “Viande” agresividad sorpresa, directo a tu cara y a tus oídos. ¿Por qué componer una dulce melodía cuando un grito de cochino lo puede resolver todo? Los riffs que acometen a continuación, acompañados por un rapeo –o lo que sea eso–, te da una muestra de que el álbum va a combinar metal y potencia por igual. “Ieud”, single sin compromiso, comienza con esa melodía de clavecín que recuerdan a su anterior “Hallelujah”, lo cual se reviste después de la brutalidad más pura, y apenas unos momentos más tarde con los gritos de Laurent y la batería de Sylvain, contrarrestada igualmente por el magnífico canto de Laure (mi amor platónico), que se contrarresta a sí mismo con algún grito que mete por ahí estilo loca de los prados. La electrónica también juega un papel imponente, ayudando como puede a cohesionar todo el desbarajuste. El horizonte se perfila proceloso, con una cantidad de pegotes que ni el helado de chocolate, si bien dichos pegotes dejan pasar el sol en gran cantidad, y a su vez hacen ver que ni yo mismo entiendo mis metáforas.
“Houmus” es una magnífica pieza de black-folk, y no se diga por el solo de acordeón que se escucha a la mitad de este tema. Ya lo dice el refrán: blast-beat y acordeón, mola bastante. El cambio final con filtro de videojuego en 8-bit es solo la guinda de un pastel bien dulce. Y para los melómanos más atentos, presten atención al “clink” de microondas a mitad del tema, bonita referencia electrodoméstica al ruido de aspirador en “Absolute Psalm” de su anterior álbum. A todo esto, se me había olvidado comentar algo, pero como modificar los parrafazos del dogmático resentido va a costar más trabajo, inicio aquí un inciso de tope profesional: la batería electrónica, que aparecía a capazos en otros álbumes del francés, solo aparecen en este álbum pocas veces, y la verdad es que no encuentro la batería “real” tan bien utilizada como la electrónica, como puede notarse en algunos blast-beats que parecen muy forzados. Fin del inciso. Y “Opus Brain”, pues muy chula y tal, combinando partes más blackers con otras más operísticas –todo ello bastante cohesionado, y eso sí que es una sorpresa–, destacando esta vez las partes blackers, con ritmos y riffs del infierno. Del infierno avant-garde, que es el que mola actualmente a muchísimos melómanos que encuentran cosas muy interesantes en ese infierno musical para mucha gente que solo se queda con lo que la radio, la tv y los dogmáticos le recomiendan.
«Hola, soy “Spaguetti Forever”, y marco el ecuador del álbum. Antes que yo va otra canción, pero el redactor se ha empeñado en meterme aquí para hacerse el listo y dar al texto una pobre y falsa sensación de caos. Para sensación de caos la mía, porque ni yo mismo sé lo que pasa dentro de mí. Eso sí, como me gusta un montón Bach, pues he hecho una intro y una outro muy bonitas de él a guitarra de una partitura para laúd, que la verdad queda muy bien y muestran lo original que soy. Chao». El siguiente/anterior tema, ya pasando el/acercándonos al ecuador, es un inciso más agradable que el que he hecho yo antes, un remanso de paz, un descanso de lo que hemos visto anteriormente, salvo quizás de la locura, pues si bien la pieza consta de piano, voz y batería electrónica, su nombre, “Problème d’émotion”, es realmente descriptivo. Deliciosa, refrescante, su sabor no te dejará indiferente. ¡Pruébala en tu reproductor más cercano!
Si alguna vez viajo a Francia, daría mi dedo –alguno que no use mucho– porque sonara esto por la calle. Me refiero a “Cheval” y su alocado acordeón, sus maléficos rugidos y su curiosa mezcla instrumental, que no pueden sino romper todos los estereotipos para mostrarte una torre Eiffel rompiéndose a pedazos, convirtiéndose en miles de quesos en su caída y aplastando a cientos de baguettes inocentes.
Y “apoap” … “appooopatohpa” … “tupatupatupa “… “Apopathodiaphulatophobia” o algo por el estilo –los pros no usan copia y pega–, nos da lo que promete… no sé exactamente qué promete, pero seguro que lo da. Mucho metal extremo, por lo visto.
Nos acercamos al triángulo, a la triada final. “Va Te Foutre” solo tiene de gracioso el insulto, porque el tema es un tostón bastante intenso, básicamente un challenge de esos que es ideal para los freaks de la música que siguen viendo hasta que límite se puede llevar el uso de blast-beats, sean electrónicos o con batería real. 
“Robert” levanta un poco o mucho el listón, dependiendo de la perspectiva (Si eres aficionado a los anteriores trabajos de este grupo, levantará muchísimo para ti el listón), aunque un servidor, que es más aficionado al metal, también levanto alto el listón saber que Igorrr dedico un track con Breakcore puro, el cual vuelve a las andadas, y la verdad es que uno no sabe muy bien qué pensar del resultado, si es bueno, malo, si tiene algún sentido, si forma parte de un complot para dominar el mundo o si todo es una invención formada en tu mente trastornada tras un accidente. Elijan la opción que más les guste. 
Y “Au Revoir” … pues nos dice adiós. Gran chiste, diez de diez. Tan preciosa y oscura como “Problème d’émotion”, pero sin la opresividad de esta última y con pasajes fantásticos, como el momento en que se armonizan los coros. Un deleite musical, aunque la parte de la mitad de la canción no homogeneizo correctamente con lo demás.
Un cierre perfecto para un disco excelente que le encantará a más de algún melómano experimentado y que está dispuesto a salir siempre de la zona de confort musical que rige a la gran mayoría.
Hermanos, he vuelto. El demente de Cris desgraciadamente se dejó dominar por nuestro enemigo número uno, tendré que llevarlo con los ancianos para que estos lo programen y el deje de lado su esencia de melómano que tantos problemas ha traído a los demás (en especial a mí).
No tengo nada más que decirles queridos hermanos, que tengan cuidado con las artimañas de Satanás, recuerden lo que le paso al Apóstol Pedro.
Pausa.
El Cris Martínez al habla. No le hagan caso al dogmático, aparte, que tiene que ver lo de Pedro con la reseña de un disco musical que ofrece algo distinto para escuchar y que vale la pena invertir 40 minutos de nuestro tiempo libre para degustar de una excelente obra musical que nada tiene que ver con Satanás y sus demonios. Igorrr, un grupo musical para gente que le gusta lo diferente, lo extravagante, y gente que está dispuesta como mencione, a salir de su zona de confort musical.
Puntuación final del Cris Martínez: 9.5/10.

Formación o Line up de Igorrr para este álbum:
Sylvain Bouvier: Batería
Pierre Mussi: Acordeón
Laurent Lunoir: Voz
Yann Le Glaz: Saxofón
Nils Cheville: Guitarra acústica
Laure Le Prunenec: Voz femenina
Aymeric Thomas: 8bits
Antony Miranda: Sitar
Katerina Chrobokova: Harpsichord
Erlend Caspersen: Bajo
Benjamin Bardiaux: Piano
Gautier Serre: todo el resto