Quiero desde ya
pedirles una disculpa sincera por no seguir actualizando de manera continua el
blog como lo comencé a realizar desde ese momento en que ella decide terminar
nuestro noviazgo, y no prometo nada, pero haré siempre mis esfuerzos para poder
escribir algo, ya que de esa manera, tanto un servidor sale beneficiado al
plasmar sentimientos, emociones, estadísticas, información, panoramas,
perspectivas, y demás, así como ustedes, que siempre han mostrado empatía hacía
alguien que la sociedad no ha mostrado demasiada comprensión por culpa de
estereotipos de cualquier índole, como lo es un servidor, debido a puntos que
esclarecí en mi última entrada en este espacio.
Aclarado lo
anterior, quiero hacerles mención de algo que muchas personas han demostrado
muchísima facilidad para manejar, pero que para muchos aspies es uno de
nuestros principales dolores de cabeza, y me refiero a las emociones, esos
sentimientos que nos permiten comunicarle a los demás desde nuestro estado de ánimo,
hasta los problemas de cualquier índole que estemos pasando, para que de esa
manera, tratemos de obtener algún tipo de estímulo en cualquiera de sus
diferentes presentaciones: palabras reconfortadoras, abrazos cálidos, en fin,
cualquier acto que demuestre un interés de la otra persona por intentar
ayudarnos a salir delante de ese problema.
Es verdad que
ninguna persona no ha caído en las garras de los ataques del corazón simbólico
que son las montañas rusas de emociones, todos hemos pasado por algún momento
similar, pero sin duda, los Aspies somos los que más batallamos en ese ámbito,
debido a la naturaleza propia de nuestra personalidad, y por enésima vez deseo
aclarar que el Asperger no es una enfermedad, es una forma de ser que está en
la persona desde que nace hasta que muere, aunque los primeros rasgos y
características de esta forma de ser no tardan en mostrarse, y los padres de
familia perspicaces, deben hacer lo posible para que su amado hijo pueda
sobresalir y desempeñarse en un mundo caracterizado por la competencia y por
una búsqueda afanosa de ser siempre el mejor en todos los ámbitos de la vida,
entre otros etcéteras, pero estoy abarcando un tema que en esta ocasión no
compete, pero que sin embargo, guarda estrecha relación con lo que estoy
tratando, pero el mismo será tocado en otra entrada en este espacio.
Una montaña rusa de
emociones por la que pasamos muchos Aspies es cuando nuestra pareja sentimental
de repente nos da señales de diversa índole que muchas veces nos dejan bastante
confundidos. Un día nuestra(o) amada(o) es frío, duro y áspero en sus palabras
y actos hacía con nuestra persona, y al otro día nos dice que somos todo para
el (ella), y es entonces cuando nos quedamos y queremos serle directos con
preguntas como esta, ¿De verdad me amas o no?
El problema de la
montaña rusa es que estamos en plenitud en un noviazgo que después de tiempo
comienza a fracasar y no es sino hasta que nos atrevemos a preguntar
directamente a la otra persona que pasa con sus sentimientos, ideas y
emociones, y cuando nos aclara la situación y esta decide terminar con uno, la
montaña rusa baja de la plenitud a la depresión, y a diferencia de otras
personas que en menos de algunos meses se recuperan de la misma, nosotros los
Aspies intentamos de todo por recuperar esa relación, porque realmente somos
seres humanos como cualquier otro, que aunque muchas veces no podemos encontrar
la manera adecuada de ser cariñosos, detallistas, románticos, etc., realizamos
nuestro mejor esfuerzo, y por tanto, la demora para que la montaña rusa vuelva
a subir a la plenitud, ahora como solteros, dura bastante, porque las emociones
nos traicionan, dejamos al corazón simbólico al mando de nuestra persona, no
queremos muchas veces encontrar el consuelo en los demás, nuestro cuerpo no es
capaz de producir dopamina, la cual nos puede ayudar bastante para nuestro
estado de ánimo, ya no confiamos en nadie, sentimos que el mundo se ha venido
encima de nosotros, y si nadie nos brinda la ayuda que necesitamos para salir
de ese bajón emocional, podemos terminar deprimidos y finalmente, recurrir al
suicidio, siendo en algunos casos lamentables un suicido logrado, o en muchos
casos que ponen a muchas personas sinceras a reflexionar, en intentos fallidos
de los mismos.
Para los Aspies
como un servidor es bastante difícil lidiar con montañas rusas de emociones,
porque a diferencia de otros que se recuperan de golpes sentimentales como los
mencionados en párrafos anteriores en una cantidad menor de tiempo, nosotros
demoramos muchísimo para poder salir de los mismos, y en caso mío, todavía hay
momentos en los que la montaña rusa de mis emociones me traiciona hasta querer
hacerme descender hasta la depresión y querer intentar acabar de nuevo con mi
vida, y en algunas ocasiones lo ha logrado, pero no al punto de ansiar
recuperar ese noviazgo fallido, porque admito que mi ex mujer no era la mejor y
ella misma lo reconoce, más sin embargo, los sentimientos de inutilidad, el ver
a muchos jovencitos de mi edad con una pareja, verlos en la vía pública,
parques, centros comerciales y demás demostrándose su amor, me hacen descender
hasta no querer hacer nada, y por ende, preguntarse porque uno tiene que estar
vivo, preguntarse el verdadero propósito por el cual estamos aquí, y preguntas
similares.
(Quiero hacer
mención que las montañas rusas pueden ser de cualquier índole, no solo de
relaciones de pareja fallidas, véase matrimonio y noviazgo, pero en esta
ocasión lo trataré con situaciones de pareja, aunque los consejos son
aplicables para cuando la montaña rusa es causada por otro tipo de situaciones)
Sé que en muchos
momentos los Aspies como yo, y como muchos otros que conozco, hemos sido
dolores de cabeza para familiares, amigos y conocidos, y buena parte es debido
a las montañas rusas precipitosas de emociones como ya se mencionó
anteriormente, pero pedimos que nos comprendan y que en vez de que se
precipiten y nos tachen como los peores seres humanos y nos digan cosas que
hieren, que nos comprenden y que nos ayuden cuando vean que estamos en montañas
rusas de ese tipo aunque nosotros nos pongamos renuentes a todo estimulo que
nos brinden para que poco a poco salgamos de esa montaña rusa y podamos seguir
adelante con nuestros intereses, con nuestra vida, y que si saben que nos hemos
querido intentar quitar la vida, a que nos sigan animando a que sigamos
adelante con nuestros proyectos, los cuales la mayoría de las veces están
basados en nuestros principales intereses. Demuéstrenos que nos aman, que nos estiman,
y así nosotros podremos seguir adelante, dejando lejos esa situación triste,
dolorosa, molesta, o de cualquier ámbito que nos haya hecho caer en depresión.
Una vez que he
logrado expresar lo que deseaba plasmar en esta ocasión en esta entrada de mi
espacio virtual, les quiero animar a que se esfuercen por ayudar a los aspies
que saben que están pasando por montañas rusas de depresiones, a que sigan
adelante, porque quien sabe, algún día ellos también, como muchos, nos
demuestren que si se puede sobresalir a pesar de todo.
Esperando que esto
les haya gustado, se despide su amigo Cris Martínez el Aspie Melómano.
Disco que escuche
al momento de realizar esta entrada: Anastasis de Dead Can Dance.