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viernes, 5 de julio de 2019

Reseña musical. Voivod. The Wake.

Hola amigas, hola amigos, ¿Qué tal están? Espero que de corazón muy bien. Desde ya también les quiero pedir una disculpa porque desde que salió el último disco de una de mis bandas favoritas de la música en general, no he tenido chance de poder encontrar las palabras adecuadas para poder describir una obra de arte que, a diferencia de algunos, a mí me encanto muchísimo, y ojo, no estoy cayendo en el fanatismo ciego como lo note en algunas reseñas, solamente le estoy haciendo justicia a un disco que viene de una banda que ha tenido muchísimas obras maestras que han sido del disfrute de muchos metaleros y melómanos, inclusive su comer de Astronomy Domine de Pink Floyd suena mejor (es mi opinión) que la original.

En esta ocasión escribiré la reseña del último disco de estudio de esta gran banda, llamado The Wake. Espero que les guste.

Voivod - The Wake

Año: 2018

Géneros:
Progressive Metal
Thrash Metal
Heavy Metal

Lista de Canciones:
1. Obsolete Beings (05:34)
2. The End of Dormancy (07:42)
3. Orb Confusion (06:00)
4. Iconspiracy (05:15)
5. Spherical Perspective (07:41)
6. Event Horizon (06:10)
7. Always Moving (05:11)
8. Sonic Mycelium (12:24)

Link al disco completo en YouTube:

Link al disco completo en Spotify:

Reseña:
Si le preguntáramos a un grupo de melómanos escogidos al azar respecto a bandas innovadoras y con una propuesta que cambio los estándares musicales, y específicamente, dentro del metal, muchos nombrarían bandas como Black Sabbath, Motörhead, Judas Prest, Iron Maiden, Death, Slayer o Metallica, por nombrar nombres básicos con influencia muy notoria dentro de la escena, pero en las sombras o en el underground hay otros grupos que han influenciado a todo el lado oscuro del género, como lo pueden ser Bathory, Celtic Frost, Possessed o Venom, pero si nos vamos al lado experimental, progresivo y alienígena del metal sin duda aparece un nombre por todo lo alto, por encima de todo: Voivod.

Voivod podrán no ser un nombre tan conocido como otras grandes bandas influyentes del progressive thrash como Coroner, Watchtower (no confundir con la entidad legal de los testigos de Jehová), pero, el pasar por alto el alcance de Voivod es inconmensurable, es negar la influencia que ha tenido Voivod en muchas bandas nuevas que beben muchísimo de su sonido fuera de este mundo. Desde su furioso “War and Pain” le dieron una vuelta de tuerca al metal con ese sonido fúrico espacial post-apocalíptico, inclusive el Show no Mercy de Slayer se queda pequeño frente a este titán musical, pero no fue sino hasta “Killing Technology” que el grupo demostró ser uno de los grupos más creativos e innovadores de todo el metal, entregando una nueva manera de entender una música que en esa época estaba experimentando a lo alto (Peace Sells de Megadeth es un enorme ejemplo de ello), como lo puede ser el Thrash, con un disco que a día de hoy sigue sonando fresco y jamás ha sido igualado. Si no era poco voltear la mesa de un golpe y cambiar las cartas de juego, Voivod van y no se conforman con solo innovar, sino que también se marcan una de las discografías más sólidas, variadas y fructíferas del metal. Y si algo he tenido claro a lo largo de mi corta carrera como melómano, es que Canadá siempre ha sido cuna de artífices y genios de la música, y después de la polifacética carrera de Devin Townsend con sus proyectos (uno de ellos influenciado por otra gran banda como lo es Fear Factory), Voivod es de lo mejor que pudo ofrecer Canadá en el ámbito musical. No por algo hace poco han nombrado la ciudad de origen de estos músicos como la ciudad Heavy del mundo. Pero continuemos.

Los canadienses han sido un grupo que a lo largo de los años ha mutado de sonido en varias ocasiones. Empezaron practicando un Thrash/Speed salido de una película de Mad Max, que se puede notar en sus dos primeros titanes musicales, para luego refinar más su propuesta a un Thrash disonante que usaba esquemas previamente inexistentes, influenciados en gran manera por el Rock Progresivo de los 70's, dándole un lavado de cara al género que a día de hoy sigue relevante y bien al frente con grupos como Vektor (que claramente se ve la influencia de sus maestros Voivod, y que en mi opinión, nos dan una idea de si Voivod hubiera continuado con el camino que comenzaron en War and Pain y en Rrröööaaarrr) que se ha ganado su respeto dentro de la comunidad metalera. En discos como “Dimension Hatröss” y “Nothingface” le dieron otra perspectiva a su sonido dejando de lado las disonancias de sus primeras placas, pero los canadienses son de esos grupos en el metal que no empeoran ablandando su sonido, sino que hasta mejoran. Si "...And Justice for All" fue un disco cuasiperfecto porque Metallica metió elementos progresivos a su propuesta, el "Nothingface" de Voivod fue una obra perfecta, aun teniendo presente que a todos sin excepción nos domina la imperfección, pero eso no fue impedimento para Piggy y compañía, los cuales nos regalaron un discazo en toda la extensión de la palabra. En los años 90´s nos regalaron "Angel Rat" y “The Outer Limits”, el primero, aunque suavizo muchísimo el sonido de la banda, eso no quiere decir que fuera un bodrio musical, sino todo lo contrario, el disco que considero es ideal para que alguien neófito pueda acercarse a explorar el universo musical de Voivod, aunque comparado con sus hermanos mayores, se queda pequeño, pero aun así, es un buen álbum, el Countdown to Extinction o el Black Album (por poner una analogía) de Voivod, y el segundo, muy interesante, ya que retomaba el sonido practicado en Angel Rat, mezclados con elementos más comerciales de música como el Hard Rock y los aunaba con su universo progresivo interdimencional de manera magistral. Con la muerte de su guitarrista insignia y artesano del sonido disonante característico del grupo, Piggy, se pensaba que el grupo podía decaer, pero con “Target Earth” su reemplazo, Dan Mongrain, llamado Chewy en el universo de Voivod, nos impresionó con otro disco más de altísima factura, demostrando que Voivod siguen siendo los amos del llamado “metal progresivo”.

Desde ese espléndido y sorprendente “Target Earth” han pasado nada más y nada menos que cinco años para que la banda volviera a sacar otro disco de estudio, no sin antes regalarnos un aperitivo en 2016 llamado “Post Society” que, más que un aperitivo, es el enésimo pepinazo que se marcan los canadienses, mezclando su sonido característico, y tomando influencias de los precursores del amado y a veces odiado Thrash Metal (Motörhead), y ese guiño en onda "Ace of Spades" en la rola homónima de este EP, no hace más que enriquecer la propuesta musical de Voivod y el bajo cortesía de Dominic Laroche alias "Rocky" nos hace pensar que Blacky jamás abandono la banda. Ahora, después de nuestro pequeño recorrido por la vasta discografía de Voivod, dejando de lado que, aunque los discos de Forrest también fueron buenos discos, los que grabo la banda con Newsted y con las pistas de guitarra que dejo Piggy en su laptop antes de que lamentablemente, tuviera que partir al Seól por un cáncer de Colón a los 45 años, si bien no son de los favoritos de la comunidad, superan con creces discos de bandas de renombre que fueron lanzados en el mismo periodo.

Estamos en 2018 y la espera por fin acabó. Con Chewy ganándose la confianza de la fanaticada, haciendo prácticamente imposible de notar la ausencia de Piggy, y un previo y enorme EP titulado “Post Society” las expectativas eran altas ¿Se cumplieron? Desde ya les digo que no solo se cumplieron, sino que fueron rebasadas inexplicablemente. Explicaré por que a continuación:

“The Wake” es el nombre con que se bautizó a la última placa de Voivod y no solo hicieron un disco excelente y fresco en una escena musical que se encuentra poco inspirada, sino que hicieron la hazaña de componer el que podría ser uno de sus mejores discos de su extensa discografía. Y la cuestión tiene mérito doble, no solo porque a estas alturas sean capaces de sacar uno de sus mejores materiales, sino porque su propio legado es difícilmente superable o alcanzable, incluso para ellos mismos...o eso se pensaba hasta que cayó “el despertar”. Voivod son un grupo que muestra una salud que prácticamente, ninguna otra banda veterana muestra y que además se muestran más vigorosos y prolíficos que el 99% de grupos nuevos, casi nada ¿Verdad?

El artwork del disco, para los estándares del grupo (ya se sabe que Voivod tienen una especialidad en hacer portadas feas), atrae visualmente. Ese rojo vivo ardiente y esos cuatro aliens de la octava dimensión tan agresivos dan la sensación de que el grupo podría volver a sus raíces más agresivas de sus primeros discos, pero no es así y tampoco hace falta. “The Wake” combina lo mejor de la era “The Outer Limits”, “Nothinface” y “Dimension Hatröss” con un plus de sello propio y un sonido fresquísimo dentro del recorrido de la banda. “The Wake” no es un revival de glorias pasadas ni un refrito más, es una nueva concepción en todas las letras, ahora imprescindible en cualquier colección de la banda y podría decir sin despeinarme, que estamos ante un top 5 del grupo y ante una obra maestra.

En esta placa vemos un crecimiento desmedido en las guitarras de Chewy desde el primer riff. “Obsolete Beings” demuestra desde primera instancia que Chewy ya no solo es el sustituto ideal de Piggy, sino que es algo más. Por otra parte, escuchamos a un Snake con una voz más melódica que armoniza con la música en determinados tramos, sin dejar a un lado su estilo alienado y distante que jamás puede faltar en la música de Voivod. Away se muestra preciso como un reloj suizo, como de costumbre, pero en este disco se luce en su instrumento un poco más de lo normal, no solo manteniendo el ritmo sin parar, sino que también le da cuerpo y forma a la música con variedad de matices sin desmarcar su perfecto tempo en ningún momento. Por otra parte, como ya se comentó en párrafos anteriores, el aporte del bajista apodado Rocky, ya no se muestra discreto y cumplidor, sino que en este disco se luce y da otro nivel a la música con unas líneas de bajo espectaculares y omnipresentes, con el plus de una producción impecable que deja escuchar cada instrumento con claridad, resaltando el tono espacial de cada instrumento, en especial el de la guitarra, mostrando un tono y timbre perfecto para la tónica de la música. En resumidas cuentas, estamos ante un álbum con una sinergia impoluta entre los miembros de la banda y una producción sin pega alguna que redondea el resultado.

En este último elepé muestran elementos que no son necesariamente nuevos en el grupo, pero sí poco frecuentes como los coros que recitan “oOOOoooooooOooH” de manera ascendente en la palpitante “The End of Dormancy”. Y hablando de dicha canción: qué absoluta maravilla y despliegue de maestría. “The End of Dormancy” es una canción que, en 7 minutos y medio, dice más que el 99,9% de grupos de “metal progresivo” nuevos o clásicos que desgraciadamente solo hacen revival de su pasado glorioso, pero con un enfoque más mainstrem. El abanico se amplía desde momentos a medio tiempo aplastantes con toques sutiles de guitarras limpias hasta otros más agresivos e incluso algún que otro destello de psicodelia, creando un tema monstruoso que crece y crece, creando una tensión que se puede cortar en el aire y es que, no solo estamos hablando de una canción compleja con cambios, sino que estamos hablando de una canción con cambios lógicos que construyen una atmósfera que contiene un sentimiento con cada uno de sus pasajes, demostrando que el progresivo es más que el minutaje o cuántos cambios onanistas y virtuosos hagas.

“Orb Confusion” no solo mantiene el listón si no que hasta lo sube. Es un deleite ver cómo los instrumentos se responden unos a otros, como si estuviésemos presenciando una conversación de marcianos. Entra una línea de bajo y le responde un riff de guitarra, a su vez la batería le sigue dando como respuesta un redoble y la voz modera el conversatorio. La música es absurdamente dinámica, compleja y para rematar pegajosa y muy memorable.

Describir tema por tema el álbum no tiene mucho sentido, ya que, en caso de Voivod, es necesario que el oyente vaya percibiendo las sensaciones musicales que la música de este disco le puede provocar, y a la vez, parecer muy interesantes dentro del bagaje cósmico que nos regala la banda, pero no puedo evitar resaltar canciones como “Always Moving” la cual arranca con una contundente batería spéedica, seguido de un bajo resonante y unos riffs thrashers que nos recuerdan a la primera época del grupo, pero a los pocos segundos cuando uno arquea una ceja con un cambio a distorsionadas y onduladas melodías espaciales, más calmadas y psicodélicas que al poco tiempo retoman la artillería de riffs agresivos para luego volver a su estado alucinógeno para así ir alternando a lo largo de la canción, mas donde directamente se me ponen los pelos de punta es cuando la voz de Snake (que a lo largo de todo el disco suena mejor y más emotivo que nunca) pasa por el voicecoder regalándonos un exquisito coro de robots con muchísimo feeling, por inverosímil que suene, y no solo eso, sino que Chewy deslumbra con un emotivo y espectacular solo que se fusiona con las voces, regalándonos el millonésimo momento especial en el álbum, pero no por ser la enésima muestra de que Voivod son unos maestros es menos especial, sino al contrario.

O qué decir de “Sonic Mycelium”, la cual tranquilamente pudiera ser una de las mejores canciones que ha hecho el grupo hasta ahora. Ese cierre con violines tan orgánico y bien implementado es inexplicable y rarísimo, incluso dentro de los estándares de Voivod. Interesante la forma en la que van haciendo guiños a las canciones del grupo, pero sin sonar como una especie de DJ remezclando éxitos, sino solo tomando parte esencial de los mismos con influencias nuevas a la música que ya vienen ejecutando desde aquel Target Earth, algo que solamente ellos son capaces de hacer.

Y sí, tal vez el grupo no se esté reinventando muchísimo como lo hizo en su tiempo con “Killing Technology” o “Nothingface”, pero siguen mostrando ideas muy buenas y creativas (no me creen, escuchen los violines de la rola mencionada en el párrafo anterior y de Iconspiracy, y en momentos en los que me pongo a escuchar este disco desconectándome de todo y todos es cuando me pregunto ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo hacen para estar 37 años en la brecha sin que se acabe su inspiración?, lo más normal es que a estas alturas andes faltos de ideas, pero su música nos indica todo lo contrario: están en un nuevo renacer. No sé si en un futuro, en su siguiente placa, podrán superar el nivel de “The Wake”, lo veo extremadamente complicado, pero con esta gente no tengo que arriesgar nada, y más aun viendo las capacidades compositivas de Chewy, el ex-Martyr, otro grupo canadiense con un excelente Tech Death Metal, y el cover que realizo de Brain Scan, que lo puso en el ojo de mira por estos canadienses que, como ya comentaba, a diferencia de otras bandas insignes, ellos no han perdido la creatividad. Siguen presentando ideas frescas en la música, pero no al nivel de sus clásicos. Hasta los veo capaces de sacarse un disco más a la altura de sus clásicos.

En síntesis, “The Wake” se puede erigir como uno de los mejores lanzamientos de 2018, y sin duda, uno de los mejores discos que han sacado en 37 años de recorrido.

Y sé que no paro de soltar maravillas y chocolatines suizos de este disco y esta agrupación, y ojo, no es por como diría mi buen Carlos Tellez, que me cegó el fanatismo. A veces con nuestros grupos favoritos si cuesta ser objetivo, pero las pruebas están más que claras, y es que después de todo estamos hablando de uno de los mejores y más importantes grupos de metal, aunque muchos no lo sepan.

Un álbum que no solo agradará a los seguidores de la agrupación, sino también, a los amantes del buen metal progresivo, y, además, considero que este disco, aunque les advierto ya siendo más realistas que no es fácil de entender a las primeras escuchas, lo considero una excelente entrada al grupo, puesto que tiene altas dosis de melodía, Heavy Metal, Progressive, esencia Voivod y buen gusto. Dentro de todo, es bastante asequible aun con la advertencia anterior.

Mi veredicto sería un afiladísimo 9.5. Y ojo, no le doy más nota solo porque está por debajo de “Killing Technology”, “Nothingface”, “Dimension Hatröss” o “The Outer Limits”, pero del resto no veo otro disco de ellos que le haga frente a la entrega del 2018.

Menuda obra maestra, todavía me cuesta creer que “The Wake” exista...

Voivod, jamás nos abandones y ojalá nos regalen muchísimos más años de música.